lunes, 9 de agosto de 2010

No es como empieza, sinó como acaba...




Sus ojos ya no me arropan, ahora perdidos en alcohol barato, marihuana y tabaco liado, insípido. Inundados por la escena de la poesía callejera, esos sonidos que solo encuentras por los barrios marginales. Sirenas que no viven en el mar, que no encuentran bonitos finales de película. Hacía tiempo que no sentía que sus labios eran lo que me saciaba, él era mi marca de marihuana idónea.

Y ahora, en este pleno calor de verano, mirando como mi cigarro se consume con los recuerdos rotos, atardeceres asquerosamente bonitos y sin ti, y tampoco lágrimas de amor idiota...

No hay comentarios:

Publicar un comentario